La Experiencia de Carly

Su Propria Jefa: optimismo que se puede tocar

 

Es una verdad bien conocida que comenzar una nueva vida en otro país no es nada fácil. Los retos varían según la personalidad y la vida de cada mujer. Sin embargo, hay un factor trascendental: sororidad. Ese apoyo, empatía y solidaridad entre mujeres es clave para salir adelante.

A nivel emocional, descubrirse en un nuevo lugar donde están ausentes los vínculos significativos y las redes de seguridad construidos a lo largo de una vida, es intimidante. En un nivel profesional, enfrentarse a un nuevo sistema que da prioridad a quienes se han formado en él, es excluyente. Y estar vulnerable y fuera del sistema es algo que limita el desarrollo de cualquier ser humano.

Sin embargo, el coraje y la resiliencia son virtudes fáciles de hallar en los inmigrantes y eso se convierte en los mejores aliados para buscar alternativas. Es en ese momento cuando surge la idea de emprender algo propio, de abrir la mente para descubrir los beneficios del nuevo sistema y atreverse a emprender. Y ese es también el momento perfecto para la sororidad.

Yo descubrí el proyecto Her Own Boss a través de Immigrant Women Services Ottawa. Aunque en ese momento no tenía una idea clara acerca de qué hacer con mi futuro, el hecho de enterarme que podía contar con el apoyo, consejería y acompañamiento necesarios para desarrollar una idea como pequeña empresaria fue como abrir una ventana para que entrara algo de luz en el camino de tomar decisiones y construir una nueva vida. Además, la primera entrevista con Janet Kranz tuvo mucha calidez e información alentadora que regresé a casa con la ilusión de atreverme, porque tuve la certeza de que no estaría sola. Al fin me explicarían cómo funciona el sistema en mi nuevo país y no solo eso, podían conectarme con las personas e instituciones adecuadas. Sentí literalmente que había una mano extendida.

A lo largo de las sesiones en HOB, la idea de emprender se ha hecho tangible. El inicio ha sido para aprender a ver nuestro interior como mujeres y descubrir allí las habilidades y virtudes que impregnarán nuestros pequeños negocios y después hemos podido escuchar las claves para construir nuestro propio camino y nos han ofrecido la red necesaria de acompañamiento.

En concreto, he hallado conocimiento, networking, ideas para buscar financiamiento y hasta instituciones a las que puedo acudir por asesoramiento en cada etapa de mi emprendimiento. En resumen, encontré algo muy parecido a la fórmula para hacer un mapa con el que puedo empezar ahora mismo o cuando esté lista y tenga las condiciones para hacerlo. Eso es esperanza que se puede tocar con las manos.

Las mujeres que empezamos una vida en un nuevo país no necesitamos que hagan todo por nosotras. Necesitamos que se nos acerquen para escuchar lo que podemos y queremos ofrecer, necesitamos que nos hablen sobre las bondades que hay en nuestro nuevo país porque queremos construir en él, porque estamos agradecidas y queremos crecer en nuestro nuevo hogar. Con la sensibilidad y el apoyo adecuados, podemos crecer juntas y mejorar cualquier sociedad.

 

Carlemy Salinas es una periodista Salvadoreña. Actualmente, ella está creando su propia empresa en Ottawa, Ontario.

Lee la experiencia de Carly en inglés.